El café de la Hacienda La Sierra hace parte hoy del mercado mundial. Desde allí salen los bultos de setenta kilos que, autorizados por la Federación Nacional de Cafeteros, representan la gran tradición cafetera de Colombia a través del planeta. De esa forma se crean conexiones entre Palomos y Portland, entre Oro Molido, en Antioquia y Green Bean International, en Oregon Estados Unidos.
El café colombiano tiene que ver con el arte de cultivar y cosechar. Nuestra meta es lograr una taza de café exquisita y cero emisiones negativas para la vida. Sin embargo, aunque se ha logrado tecnificar el proceso, el trabajo manual sigue siendo muy importante en Hacienda La Sierra. Llevar una chapola, una pequeña planta recién germinada, de un semillero a un almácigo exige el cuidado y la paciencia de un artesano. De allí viene el nombre dado a las mujeres dedicadas a la caficultura: las chapoleras. Ellas han sido reconocidas por su capacidad para recolectar los granos maduros de los árboles de café sin lastimar los granos verdes. Lo que garantiza una mejor calidad en la taza.
Cada grano que sale de la Hacienda La Sierra lleva el conocimiento de los bien formados artesanos modernos que laboran para internacionalizar nuestro café de origen.
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